Aunque a priori pudiera parecer que el sol, la lluvia o el viento nada tienen que ver en el precio de la factura de la luz, es una realidad evidente.
Existen distintos tipos de centrales eléctricas que generan la energía que se comercializa en nuestro país y, entre todas, conforman el llamado mix energético. En él intervienen todo tipo de fuentes de energía, entre las que destacan las renovables: solar, eólica e hidráulica.
¿Y qué sucede en épocas de sequía?
España atraviesa un periodo ciertamente seco, sin apenas precipitaciones que permitan que las centrales hidráulicas y eólicas (cuando hay tormentas se registran importantes rachas de viento) difícilmente cumplen con la cuota de generación de electricidad, al no haber agua en los embalses y viento con el que se genera la energía.
Así, en este punto juegan un importante papel los distintos tipos de centrales como las de gas, carbón o nucleares. Esta es la principal causa de la subida de los precios.
Otros efectos
Ya hemos comentado que la ausencia de precipitaciones puede suponer un aumento en el precio de la luz, pero un importante factor a tener en cuenta es, también, la temperatura. En épocas de frío, donde se registran importantes descensos del mercurio, solemos utilizar aparatos de climatización, como radiadores, calefacción o aire acondicionado. Este último también genera un sobrecoste en verano, al usarse por las altas temperaturas.
En definitiva, la alta demanda conlleva una modificación al alza de los precios del kWh. Tu factura se puede ver alterada por este motivo solamente en dos ocasiones. Si tu tarifa de la luz se encuentra indexada al mercado eléctrico o si, tal vez, se trata de una tarifa PVPC.
En cualquier caso, en Lúmina conocemos la mejor manera de vivir sin sobresaltos por la factura de la luz. ¿Tienes dudas? No te preocupes, nosotros podemos resolverlas.