En las terrazas de las casas, con forma de teja recubriendo tejados o en enormes granjas a las afueras de algunas ciudades y pueblos, las placas fotovoltaicas nos deslumbran mientras recogen la radiación solar para convertirla en energía. Energía que se transforma en electricidad.
No debemos confundir la energía solar fotovoltaica con la energía solar térmica. ¿Cuáles son las diferencias? Mientras que la primera se transforma directamente en electricidad la segunda aprovecha esa energía para producir calor con el que calentar el agua, utilizar en la calefacción de las casas o incluso, en algunos casos, aprovechar ese calor para obtener electricidad, aunque no es el caso más habitual.
CON EL OBJETIVO DE EXPRIMIR EL SOL
Las células solares que conocemos hoy día tienen su origen en mediados del siglo XX. En 1946 el americano Russell Ohl la patentó, siendo el culmen de varias décadas del trabajo de distintos investigadores en distintos países.
Durante las siguientes décadas se siguió avanzando en este campo. En 1954, investigadores de los Laboratorios Bell aumentaron la eficacia de estas células pasando de una conversión de energía solar del 0,5% a una del 6%. Unos años después la empresa Hoffman Electronics aumentó esa tasa hasta el 14%, reduciendo a su vez los costes y haciéndola viable para ser comercializada.
En la segunda mitad del siglo pasado, en plena carrera aeroespacial, encontraron en las placas fotovoltaicas unas grandes aliadas para producir energía en el espacio. En 1958, el satélite Vanguard 1 (aún en órbita) fue el pionero en incorporar esta tecnología.
DE CONQUISTAR EL CIELO A CONQUISTAR LOS HOGARES
En España contamos con un regalo en forma de sol. Disfrutamos de aproximadamente 8 horas de luz al día, cifra parecida a la de nuestros vecinos portugueses y en la línea de las zonas sur de Francia, Italia y Grecia, entre 2 y 3 veces más de lo que disfrutan en Reino Unido, por ejemplo, con entre 3,3 y 4,3 horas diarias de luz de media.
Gracias a esto, España lleva años entre los países que más crecen y que más aprovechan la energía fotovoltaica. En el año 2.000 teníamos una capacidad fotovoltaica acumulativa de 2,3 megavatios, en 2.005 55,2 megavatios, en 2.010 se saltó a 4.330 megavatios y en 2.015 superábamos los 5.400.
El futuro pasa por energías renovables y en España tenemos un potencial enorme. La energía fotovoltaica sigue evolucionando, siendo cada vez más eficiente y más barata. Hasta el momento en el que toda nuestra electricidad sea limpia, es fundamental hacer un consumo ético y gastar únicamente la energía que necesitamos. Con esto en mente desde Lúmina ofrecemos un traje a medida y asesoramiento para que no gastes más de lo necesario.