“La literatura es siempre lo que sucederá, no lo que ha sucedido”. El autor de esta cita no está en absoluto equivocado. Son muchos los grupos de escritores visionarios que han plasmado en tinta y papel el mundo venidero: situaciones y acontecimientos que en sus épocas sonaban a disparate, pero que muchos años después formaban parte de los libros de la historia, o extraños inventos y dispositivos inimaginables, que ahora son totalmente comunes en nuestra sociedad (algunos incluso imprescindibles).
Hoy queremos hablaros de dos de esos libros, publicados antes de la llegada del siglo XXI, que imaginaron cómo viviría la humanidad décadas más tarde con total clarividencia.
Ralph 124C 41+, de Hugo Gernsback
Quizás a mucha gente no le suene el nombre de Hugo Gernsback, sin embargo, este periodista nacido en Luxemburgo, está considerado uno de los padres de la ciencia ficción, junto con H. G. Wells y Julio Verne. Además de escribir estupendos relatos futuristas, Gernsback también fue un destacado inventor. Pero, sin duda, su trabajo más conocido es su única novela, Ralph 124C 41+, publicada en 1925.
Gernsback predijo tres cosas muy interesantes a través de las líneas de su novela: la invención de los radares, el uso de la energía del sol, y el desarrollo de la domótica, predicha mediante el Luminor, un sistema de iluminación que se activaba mediante la voz, y que podría ser perfectamente uno de los avances actuales.
Todos somos Zanzíbar, de John Brunner
Esta es una de las novelas más sorprendentes en lo que a predicciones se refiere. Su autor, el británico John Brunner, está considerado uno de los escritores de ciencia ficción más visionarios del mundo. Casi todos sus textos contaban historias ambientadas en sociedades futuristas, cuyas descripciones, leídas décadas después, explican con tanta precisión avances tecnológicos y acontecimientos posteriores, que podrían hacer pensar que Brunner era realmente capaz de contemplar el devenir de la humanidad.
Es quizás en Todos somos Zanzíbar, una de sus mejores novelas, donde más se aprecia este fenómeno. Publicado en 1969, este libro explica, con todo lujo de detalles, cómo imaginaba Brunner que sería nuestro mundo en 2010. Es decir, cuarenta años en el futuro. Algunas de las predicciones de esta novela incluyen la creación de la Unión Europea, la invención de las impresoras láser, la existencia de la televisión a la carta y por satélite, el auge de la violencia en las escuelas de EE. UU., la superpoblación, la creciente amenaza del terrorismo o la conversión de China en una potencia mundial.
Pero quizás el pronóstico que más nos atañe sea la que Brunner realizó respecto a la movilidad sostenible. En el futuro descrito en su novela, cada vez más personas se desplazaban por las ciudades a bordo de vehículos que funcionaban mediante pilas de combustible eléctricas. Es decir, de coches eléctricos. Y los grandes impulsores del desarrollo de la emobility en esa sociedad imaginaria eran Honda y General Motors. Lo más sorprendente es que, en la actualidad ambas multinacionales han forjado un importante acuerdo para fabricar en masa pilas de combustible de hidrógeno destinadas a vehículos. ¿Cómo era capaz Brunner de vislumbrar con esa claridad tantos acontecimientos que ocurrirían muchos años más tarde? Nunca lo sabremos, pero al menos podremos disfrutar de sus novelas.